La tecnología ha transformado casi todos los sectores, también el de la limpieza profesional. Hoy es habitual ver maquinaria de limpieza que se adapta automáticamente al entorno, detecta obstáculos o cambia según el tipo de superficie. Estos avances permiten ahorrar tiempo, esfuerzo y recursos.
Pero no siempre fue así. La historia de la limpieza mecanizada empezó hace más de siglo y medio. En 1860, Daniel Hess en West Union, Iowa (EE.UU.) inventó la primera aspiradora mecánica. Su aparato utilizaba un sistema de fuelles y un cepillo giratorio para generar succión, aunque no era muy práctico ni se llegó a fabricar a gran escala. Era rudimentario, pero marcó el inicio de algo nuevo.
Años después, en 1901, Hubert Cecil Booth desarrolló la primera aspiradora motorizada aunque era tan grande que tenía que quedarse en la calle mientras se usaban mangueras para limpiar el interior de las casas.
Fue en 1907 llegó el primer aspirador eléctrico portátil, obra de James Murray Spangler. Su diseño fue mucho más práctico y marcó el inicio de la aspiradora moderna. Vendió la patente a su primo William Hoover, y así empezó a popularizarse este tipo de maquinaria.
La maquinaria de limpieza profesional actual incorpora tecnología avanzada con el objetivo de facilitar el trabajo de limpieza diario y mejorar tanto los resultados como el rendimiento. En Eurodelca ofrecemos una amplia gama de maquinaria para la limpieza profesional: aspiradoras, rotativas, barredoras, fregadoras, hidrolimpiadoras… Equipos pensados para espacios exigentes como hoteles, hospitales, industrias, residencias y también oficinas y administraciones públicas.
La innovación consiste en aportar tecnología y, sobre todo, en hacerla útil creando máquinas fáciles de utilizar. En un sector como el de la limpieza profesional que cambia con rapidez, contar con las herramientas adecuadas es una necesidad.
En Eurodelca disponemos de un equipo de profesionales experto para asesorarte sobre la maquinaria de limpieza más adecuada para cada necesidad de limpieza profesional.
